Nuestra bandera abraza la diversidad pues une los colores rojo y azul con el blanco que, a lo largo de la historia de la humanidad, ha representado la paz.
Como los claroscuros de una bella pintura, la unidad se logra en la riqueza de la diversidad como personas — con diferentes talentos, portes, personalidades, y ancestros — y como país en toda la diversa variedad geográfica.
Darse cuenta de esta riqueza nos hace crecer y protege nuestra identidad como país. Esta unidad como país descubre lo grande y bello de nuestro entorno, ayuda a luchar por mejorar y a dar la mano para superar.
Ser patriota es descubrir lo que nos une, no lo que nos separa; es descubrir la riqueza que tenemos en común, lo que hace que este sea un gran país — del cual todos los que somos parte de él nos sentimos orgullosos.