Foto por Getty Images/Prostock-Studio/iStock/Getty Images Plus
Todo padre quiere que su hijo esté sano y feliz. Queremos que tengan buenos amigos, también que se sientan seguros y que pertenecen al grupo. Parece que vivimos en un mundo que premia a los niños extrovertidos que hacen amigos con facilidad, demuestran liderazgo y parecen seguros de sí mismos. Si eso no describe a su hijo, aquí hay algunos pensamientos que le ayudarán a poner su mente y corazón en paz.
Lo primero es lo primero.
Dios nos creó a cada uno de nosotros a su imagen y ha diseñado un plan perfecto para nuestra vida. Ore a menudo con y por su hijo, para que descubra el plan de Dios para él, el cual utilizará perfectamente cada don, talento y rasgo de personalidad con los que ha sido bendecido.
Tire las etiquetas y deshágase de las comparaciones.
Palabras como tímido, introvertido o retraído no pintan una imagen precisa. Cuando las usamos, a menudo se pueden interpretar como una versión peyorativa de alegre o extrovertido. Tenga mucho cuidado de no utilizar estas etiquetas en presencia de sus hijos.
Haga las preguntas.
Si le preocupa que su hijo no esté jugando con sus amigos en el recreo, pídale que le diga cómo se siente al respecto. Muy a menudo los niños necesitan el tiempo del almuerzo y del recreo para despejarse y disfrutar de un poco de paz y tranquilidad. El tiempo de clase está lleno de pensamientos, conversaciones y acciones. Algunos niños juegan solos porque necesitan un tiempo para ordenarse, examinar y deshacerse de los nervios. Si desean tener amigos con quienes jugar, pruebe la siguiente estrategia.
Amistad 101.
Si desean tener más amistades, hay cosas que puede hacer para ayudar. Ensaye las conversaciones con su hijo. Los niños tímidos o que experimentan algo de ansiedad social deben practicar cómo suena invitar a alguien a jugar o preguntar si pueden ser incluidos en un juego. Este también es un buen momento para pedir la ayuda del maestro que observa a su hijo interactuar con los demás durante todo el día y puede ofrecer información.
Piense en la calidad.
Uno o dos buenos amigos con muchos intereses similares tiene más peso que una docena de conocidos. Ayude a su hijo a elaborar una lista de las cosas que le gusta hacer, jugar, aprender y experimentar. Luego, averigüe quién más en la escuela o su círculo social tiene una lista similar y júntelos. Piense en una cita para jugar o una salida a corto. Si tiene un niño tranquilo al que le encantan las películas de los Vengadores, invite a un compañero de clase o vecino que comparta ese interés a ver una película y comer palomitas de maíz en su casa. La película llenará el silencio y luego les dará un terreno común para la conversación y construcción de amistades. No interprete su interacción silenciosa al principio como algo negativo, nos comunicamos de muchas maneras y, a veces, sentirse cómodo lleva tiempo.
Envíe el mensaje:
¡Está bien ser quién eres! La historia de nuestra Iglesia está llena de almas tranquilas, reflexivas, contemplativas y pacíficas. San Juan Pablo II era un ex actor muy conversador y con un poderoso liderazgo carismático, mientras que Santa Teresa de Calcuta era tranquila, pacífica y temía estar en público. Ambos cambiaron el mundo y demostraron santidad en estilos completamente diferentes. Dios nos invita a todos a hacer lo mismo ... incluidos nuestros hijos.
Sheri Wohlfert es maestra de escuela católica, oradora, escritora y fundadora de Joyful Words Ministries. Sheri bloguea en www.joyfulwords.org.