Es domingo en la mañana en nuestra casa. Mis hijos, Nicolás, de 11 años Natalia, de 9, se acaban de despertar y mi primera pregunta para ellos es ¿si vamos a misa en español o inglés? Inmediatamente responden "en español, por favor".
Sin embargo, hay días en los que no pregunto y me los llevo conmigo, porque prefiero asistir a la Eucaristía dominical en mi idioma nativo, el español. Mis dos hijos han estado asistiendo a misa en español conmigo desde que nacieron. El verano pasado, mi hijo estuvo sirviendo como monaguillo, mientras que mi hija recibió la primera comunión junto a los niños del ministerio Hispano en la misa del domingo en español.
Sé que, en el futuro, las cosas podrían ser diferentes y probablemente en algún momento mis hijos prefieran escuchar misa en su idioma: el inglés. Tal como sucede con muchos de mis amigos latinos que son bilingües, donde asistir a la misa en español no es una opción. Por lo general, sus hijos son mayores y prefieren la misa en inglés para permitir que sus hijos se integren con otros jóvenes en su propio idioma.
Una amiga que tiene una hija de 16 años cuenta que todos los domingos son una verdadera lucha para que lograr que su hija la acompañe a la misa en español. Asegura que, aunque su hija habla español solo quiere ir a los eventos de la iglesia en inglés.
Según una encuesta del Centro de Investigación Pew realizada en el año 2015, la población hispana de la nación ha crecido a 50 millones, con esto un aumento de la participación de los servicios religiosos en idioma español. Pero en comparación con décadas anteriores, cuando el crecimiento en la población hispana provino de la inmigración fue cuando florecieron muchas de las congregaciones de habla hispana más grandes de la nación, el crecimiento de hispanos en la última década ha sido liderado por hispanos de segunda generación y de tercera generación como nuestros hijos. Son muchos los jóvenes de padres hispanos que no hablan español con fluidez.
Como todos los demás, los latinos no necesariamente van a la iglesia de su vecindario; van a la iglesia donde sienten esa sensación de pertenencia.
Muchas parroquias en nuestra diócesis tienen un ministerio hispano y ofrecen preparación para los sacramentos en español o bilingüe para los niños que no pueden leer en español. También brindan misas especiales, privadas para quinceañeras, celebraciones para Nuestra Señora de Guadalupe, el Día de Todos los Santos. Este tipo de celebraciones permiten a las familias hispanas mantener vivas las tradiciones e integrar a los niños en la cultura de sus padres.
El Padre Chesco García, vicario parroquial en la Basilica Santuario de Sta. Maria (Basilica Shrine of Saint Mary), ha estado sirviendo a la comunidad hispana en la Diócesis de Raleigh desde el año 2006. Él cree que los padres de familia juegan un papel importante en el proceso de desarrollo espiritual de los niños. Él dice: "Es importante que los niños aprendan a obedecer a sus padres, pero también es importante que los padres permitan que los niños se comuniquen y entiendan sus sentimientos".
Durante la Eucaristía, el Padre Chesco recuerda constantemente a los padres la importancia de enseñar a los niños el amor de Dios con un buen ejemplo.
"Es responsabilidad de sus padres ayudar a los niños a comprender lo que sucede durante la Homilía es importante que al terminar los padres hablen sobre lo que se dijo en el evangelio", dice el Padre Chesco. “Ayude a sus hijos a sentir que la Eucaristía es también para ellos”. Si no han hecho la primera comunión, llévelos a recibir una bendición. Encuentre diferentes maneras de participar.
Como padres de niños bilingües, debemos encontrar formas de integrar a nuestros hijos durante la Eucaristía en español, pero también, los "padres latinos" deben estar dispuestos a participar en inglés.
Una buena manera de comenzar es aprendiendo oraciones en ambos idiomas. El Padre Chesco dice: “Por el mismo amor que los padres tienen por sus hijos, deben aprender inglés e integrarse en la cultura del país en el que vivimos".
La próxima vez que sus hijos no quieran asistir a misa en español, en lugar de desesperarse o dejarse llevar por la frustración, respire. Antes de hablar, primero escuche, esté interesado en lo que sus hijos tienen que decir. No se deje llevar por la indignación, ni se enrede con los sermones que podrían hacer que su hijo se aleje definitivamente de la iglesia. Escucha sus razones, pregúntales que opinan, siga escuchando. Intenta conocer sus pensamientos, sus razones, sus deseos e ilusiones. Con solo esa información, podrá saber cual será el mejor camino a seguir y mantener la unión en su familia.
Nuestros hijos son parte del futuro de la Iglesia Católica en los Estados Unidos. Es importante integrar a la comunidad que habla español con quienes hablan inglés e incluir a todas las otras culturas, porque todos somos la misma Iglesia y todos somos uno en Cristo.